Una evaluación médica rigurosa a fin de determinar si usted es un candidato para que su médico le practique una cirugía laparoscópica para obesidad.
Es posible que se necesiten análisis diagnósticos complementarios que incluyan una evaluación nutricional.
Quizá sea necesaria una evaluación sicológica a fin de determinar la capacidad de adaptación del paciente a los cambios posteriores a la operación.
En algunos casos, dependiendo de su condición médica, será necesario consultar a especialistas, como por ejemplo cardiólogo, neumólogo o endocrinólogo.
Se le anima a que participe de forma constante en un grupo de apoyo para la obesidad.
Después de que su cirujano repase con usted los riesgos y los beneficios potenciales de la operación, será necesario que firme un consentimiento escrito para que se le practique la cirugía.
El día anterior a la cirugía iniciará una dieta líquida clara.
Es posible que haga falta una transfusión de sangre y/o de productos sanguíneos tales como plaquetas.
Se le recomienda que se dé una ducha la noche anterior o en la mañana de la cirugía.
Después de la medianoche de la noche anterior a la operación no debe comer ni beber nada, salvo las medicaciones que su cirujano le ha dicho que se le permite, las cuales debe tomar con un sorbo de agua la mañana de la cirugía.
Fármacos tales como aspirina, anticoagulantes, antiinflamatorios (medicaciones para artritis) y vitamina E deben suspenderse en forma provisional durante varios días y hasta una semana antes de la cirugía.
No debe usarse medicación de dieta ni hierba de San Juan (St. John’s Wort) durante las dos semanas previas a la cirugía.
Deje de fumar y haga los arreglos necesarios para cualquier ayuda que pueda necesitar en su casa.