Aunque la operación se considera segura, pueden presentarse complicaciones, así como ocurre en cualquier cirugía.
El índice de muerte inmediata a la cirugía reportado por procedimientos laparoscópicos para la obesidad es relativamente bajo, inferior al 2%. Por otro lado, complicaciones tales como infecciones de la herida, apertura de la herida, abscesos, fuga en las líneas de sutura, perforación del intestino, obstrucción intestinal, úlceras marginales, problemas pulmonares y coágulos de sangre en las piernas pueden llegar al diez por ciento o más.
En el período posoperatorio es posible que surjan otros problemas que requieran reintervención quirúrgica, como dilatación de la bolsa, vómitos persistentes, acidez o imposibilidad de bajar de peso. En raras ocasiones resulta necesario revertir la operación debido a alguna complicación. Son más altos los índices de complicación en el caso de cirugías secundarias que en la primera operación.
Es común que se descubran cálculos biliares en pacientes obesos. Los síntomas de los cálculos se presentan con frecuencia al bajar de peso. Muchos médicos recomiendan utilizar una medicación reductora de la bilis (Actigall o URSO), o bien, recomiendan que se les extirpe la vesícula biliar al momento de practicarles la operación. Debe tratar este tema con su cirujano y su médico.
Después de la derivación gástrica, es posible que ocurran trastornos nutricionales tales como deficiencias de vitamina B-12, folato y hierro. Por lo general esto se puede prevenir si se toman las vitaminas y suplementos nutricionales necesarios. Otro posible resultado de la derivación gástrica es el “síndrome de vaciamiento rápido”, que se caracteriza por dolor abdominal, calambres, sudoración y diarrea después de ingerir bebidas y alimentos con alto contenido de azúcar.
Después de las cirugías de malabsorción, también pueden ocurrir las mismas deficiencias nutricionales que se presentan después de la derivación gástrica, además de deficiencias de proteína. También la diarrea o las deposiciones flojas se dan con frecuencia después de las cirugías de malabsorción, dependiendo de la cantidad de grasa que se consuma.
Las mujeres que se embarazan después de cualquiera de estos procedimientos quirúrgicos requieren atención médica especial.
Después de la cirugía para corregir la obesidad los pacientes deben adaptarse al efecto de una imagen corporal cambiante.
Tal como sucede con cualquier operación, existe la posibilidad de que se presenten complicaciones, sin embargo, el riesgo de que ocurra alguna de ellas no es mayor que si la cirugía se efectuara por el método abierto tradicional.
